martes, 4 de octubre de 2011

Foto: el terrorista libio Abdel Basset al-Megrahi, durante la entrevista. (Foto: Reuters)

El 'cerebro' del atentado de Lockerbie dice que Occidente exageró su papel

Fuente: Reuters
3 de octubre de 2011

Abdel Basset al-Megrahi, el hombre condenado por el ataque de Lockerbie en 1988 en el que murieron 270 personas, ha afirmado que su papel en el atentado fue exagerado y que pronto saldrá a la luz toda la verdad.

Al-Megrahi, liberado hace dos años de una cárcel escocesa debido a que sufría un cáncer terminal, habló con Reuters desde una cama en su casa de Trípoli. Con aspecto frágil y dificultad para respirar, contó que le quedaban unos pocos meses, como mucho, de vida.

"Los hechos (sobre el ataque de Lockerbie) algún día se esclarecerán y ojalá sea en el futuro cercano. En unos pocos meses se anunciarán nuevos hechos", dijo sobre el sonido de los monitores médicos alrededor de su cama.

"Occidente exageró mi nombre. Por favor, déjenme en paz. Sólo me quedan unos días, semanas o meses", agregó.

El ex espía terrorista

Al-Megrahi fue hallado culpable por el ataque con bomba durante el vuelo 103 de Pan Am, que viajaba de Londres a Nueva York el 21 de diciembre de 1988. Los 259 pasajeros a bordo murieron, al igual que otras 11 personas que se hallaban en tierra y fueron impactadas por los restos del avión.

Al-Megrahi, que fue agente de inteligencia durante el régimen de Muammar Gadafi, negó haber tenido un rol en los abusos de los derechos humanos cometidos durante el Gobierno del depuesto líder libio. "Todo mi trabajo era administrativo. Nunca hice daño a ningún libio", dijo. "No dañé a nadie. Nunca dañé a nadie en mi vida", agregó.

Definió al juicio que condujo a su condena como una farsa. El proceso se llevó a cabo en una corte holandesa bajo jurisdicción escocesa.

"La corte Camp Zeist es el lugar más pequeño de la tierra que contiene el mayor número de mentirosos. Sufrí por los mentirosos de la corte Camp Zeist más de lo que pueden imaginar", aseveró.

Al-Megrahi estaba acostado en una cama como de hospital. Había un tanque de oxígeno a su lado, pero no usó la máscara durante la entrevista. En la habitación también había miembros de su familia. No estaba afeitado y llevaba una camisa a cuadros y un turbante blanco colocado desprolijamente en la cabeza.

Dijo que Jim Swire, el padre de una de las víctimas del ataque que disputó las conclusiones de la corte, mantiene el contacto con él. "Anteayer, el doctor Swire me envió un correo electrónico para decirme que hay un nuevo medicamento. Está intentando ayudarme. Me dijo cómo obtener este medicamento", relató.

También sostuvo que sabe poco de las circunstancias en torno al derrocamiento de Gadafi y que los grupos armados que lo depusieron invadieron su casa y lo maltrataron. "No sé nada del 17 de febrero (...) ese no es un tema para una persona enferma", dijo, usando el término con el que muchos libios describen a la rebelión contra Gaddafi.

"Quiero morir en mi casa, con mi familia. Le pido a Dios poder ver a mi país unido, sin luchas ni guerra. Espero que se detenga el derramamiento de sangre en Libia. Quiero lo mejor para mi país", aseguró.

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