El presidente de El Salvador, Elías Saca

Saca exige explicación a Chávez por su presunto apoyo al FMLN
8 de febrero de 2008

El presidente de El Salvador, Elías Antonio Saca, anunció que para aclarar dudas sobre presunto apoyo financiero del exterior para las campañas políticas de la oposición, se llevará cabo una rigurosa investigación para determinar si el gobierno venezolano de Hugo Chávez financia al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), como denunció un reporte de inteligencia estadunidense.

El mandatario salvadoreño advirtió que cualquier eventual apoyo económico de Venezuela al FMLN estaría “totalmente fuera de la ley” y sería una intromisión en los asuntos políticos del país. Añadió que, si lo aceptara, el FMLN violaría la ley electoral.Para acelerar las investigaciones del caso, Saca llamó a consultas al encargado de negocios salvadoreño en Caracas, Rafael Hernández Gutiérrez, para que aporte datos sobre el informe estadunidense.Asimismo Saca aseguró que con esta medida quiere enviar un mensaje al gobierno de Chávez. “El mensaje es: queremos investigar y queremos explicaciones de este tema”.

REACCIÓN. Por su parte el FMLN rechazó enfáticamente el informe estadunidense a través de su portavoz, Sigfredo Reyes, y señaló: “El supuesto informe se maneja en un ámbito totalmente especulativo; no brinda evidencias, ningún dato, ni información que sustente esa especulación, lo cual francamente lo pone como una afirmación muy pero muy poco seria”.

ANTECEDENTE. La controversia se desató el pasado martes, luego de que el director de Inteligencia Nacional de EU, Michael McConnell, aseveró que Washington prevé que Chávez dé financiación “generosa” al FMLN, con miras a las elecciones presidenciales de 2009.El informe llega en momentos en que se suman varios cuestionamientos al presidente Chávez por su supuesta voluntad de apoyar o dar dinero a movimientos políticos o gobiernos que él considera cercanos a su plataforma ideológica, como el boliviano, el nicaragüense e incluso el argentino, en lo que analistas califican como “indebida injerencia” en los asuntos internos de los países vecinos.