lunes, 7 de enero de 2008


Se necesita el esfuerzo permanente de la OTAN para lograr éxito en Afganistán (Alianza debe enfrentar varios desafíos pendientes)


Por Jacquelyn S. Porth, redactora del Servicio Noticioso desde Washington


Un Afganistán moderado y estable es crucial para Estados Unidos, para sus aliados en la OTAN y para la región del sudoeste de Asia. Con este fin, la OTAN encabeza una fuerza de unos 40.000 efectivos, provenientes de de 37 naciones, que integran la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), establecida por mandato de las Naciones Unidas. La fuerza en Afganistán es el primer despliegue de tierra que la OTAN realiza fuera de Europa.

El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, dice que para la OTAN es una de las tareas más desafiantes y que su contribución es crucial para la seguridad internacional. Como parte de la operación Libertad Perdurable, en Afganistán están 12.000 efectivos de Estados Unidos que se ocupan de entrenar a las fuerzas de seguridad afganas y combatir a los talibanes y a los traficantes de drogas ilícitas, en momentos en que la población enfrenta una creciente cantidad de bombardeos suicidas y explosiones en las carreteras. Los equipos civiles y militares de reconstrucción provincial, integrados por fuerzas de Estados Unidos y de la coalición, trabajan arduamente para restaurar escuelas en las que cinco millones de niños puedan ser educados y han reparado hospitales para que el cuidado médico pueda ser una realidad. El Congreso de Estados Unidos aprobó casi 10.000 millones de dólares en ayuda a la seguridad y reconstrucción de Afganistán en el año fiscal 2007, inclusive 7.400 millones de dólares para acelerar el entrenamiento y equipar al ejército y la policía afgana.

Existe también la necesidad de una mejor coordinación entre quienes combaten a los talibanes y también se requiere voluntad y determinación constante para seguir el curso en Afganistán. El presidente Bush ha elogiado la contribución del personal del Reino Unido, Canadá, los Países Bajos y Dinamarca, así como de Australia, que no es miembro de la OTAN, por su labor conjunta con las fuerzas de Estados Unidos y afganas para combatir a los insurgentes talibanes. Australia ha expresado de manera más enérgica la necesidad de que la OTAN haga más en Afganistán. Sin embargo, otros países no pueden comprometer tropas al combate dadas las restricciones existentes, o estipulaciones nacionales sobre el uso de sus tropas. Bush dice que comprende la situación, pero que debe haber maneras compatibles con tales restricciones, para que estos países puedan apoyar la misión. Eso significa contar con una estrategia más creativa, con algunos aliados realizando tareas como el resguardo de la infraestructura crítica o financiando mejoras tecnológicas para helicópteros, y cumplir así sus obligaciones con la alianza sin perturbar a los partidarios políticos en cada país.

Estados Unidos, el Reino Unido y la OTAN están haciendo actualmente una serie de revisiones y propuestas relacionadas con Afganistán. Durante una reunión de estrategia, realizada en diciembre en Escocia, los países que participan en Afganistán plantearon un plan integrado con metas en un calendario de tres a cinco años, incluyendo hitos para medir el progreso.El plan debe estar listo para su presentación en la cumbre de la OTAN que tendrá lugar en Rumania en abril de 2008.

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